Historias de ruina y odio…

Aquí encontraréis testimonios en primera persona, o relatos e historias, reales o de ficción, que han llegado desde dentro o desde fuera, y que en muchos casos nos explican desde que parte de sus adentros nos escriben su historia.

Dolor, rabia, impotencia, desolación, resistencia, desesperación, lucha, dignidad…, LIBERTAD!

3 comentarios en “Historias de ruina y odio…

  1. he pasado tres años en el CP de herrera de la mancha ,en donde no he parado de reivindicar mis derechos con lo que se me califico de interno demasiado reivindicativo ,tres años sin partes ,con 12 notas meritorias 4 cursos formativos y ni un solo consumo ilegal 12 permisos sin incidencias y aún así como me enfrenté a ellos no me propusieron a tercer grado pasado cuatro meses de las 3/4 Todo por no pasar por el aro y permitir que el sistema me engullese en su propia ignominia,

    • Eso es típico también en las prisiones de Cataluña.
      Conmigo fue peor, que yo sepa he sido el único al que el juez me otorgó el tercer grado (me costó muchos años en conseguirlo y muchos recursos) y el propio centro me retuvo 3 meses a pesar que era firme (sin oposición del fiscal). Todo porque un día discutí con el «psicólogo» entre comillas porque no estaba colegiado y por las cosas absurdas que nos explicaba, como cuando tocamos el tema del porcentaje de inocentes que están en prisión, gente que sin haber pruebas reales están entre rejas, pues basta una sola palabra acusadora por parte de una mujer para meternos en prisión, en cambio nunca un hombre consigue meter en prisión a una mujer por una denuncia sin pruebas.
      He estado en seis prisiones, por lo que he visto de todo,
      Sé que en Quatre Camins se les deja atados de pies y manos a un sumier sin colchón durante varios días y se los limpia a manguerazos, se que los esclavizan al pagarles 20 € al mes, que ni en la India pagan tan miserablemente, sé que en Tarragona dejan morir a los presos cuando les dan ataques al corazón y los carceleros pasan de los gritos de socorro. sé muchas cosas que esta sociedad sorda no quiere oir, pues ¿a quién le importa la vida de los presos?

  2. Las cárceles se plantearon como «solución», pero son parte del problema. La injusticias sociales se reproducen al igual que sucede en lo que llaman mundo libre, sólo que la impunidad es aún mayor, y las dificultades para denunciar esas injusticias, en ocasiones se hacen infranqueables.
    Pero la lucha, tanto dentro como fuera, se hace más que necesaria, pues en ocasiones ya sólo nos queda la dignidad, y cuando no se lucha por ella, dejamos de ser seres para convertirnos en mercancías de intercambio.
    A algunos amigos y compañeros, les han hecho cumplir varios años más de lo que estipulaba su condena. Y ahora sólo les queda denunciar y reclamar el abuso penitenciario. Los años que debían de estar en libertad, esos ya nadie se los va a retornar, y no hay dinero que valga un sólo día más de encierro.
    Vuestros testimonios son importantes, y merece la pena intentar que se conozcan todas esas injusticias carcelarias, aunque la sociedad insista en darle la espalda a la realidad de las prisiones.
    Muchas gracias por vuestros comentarios y testimonios, y mucha fuerza

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