La máxima expresión de la ley no es el orden…

La máxima expresión de la ley no es el orden, sino la tortura y la represión

El estado español, es ya el primer país de la comunidad europea, con mayor número de personas encarceladas. Las unificadas y reaccionarias políticas criminalizadoras de tolerancia cero y antiterroristas, de clara influencia estadounidense, no sólo quieren hacer una fortaleza de Europa, sino que además pretenden convertir a todos los países en inmensas prisiones. En el estado español, la población penitenciaria se acerca vertiginosamente a las 70.000 personas, de las cuales más del 80 %, provienen de los sectores más desprotegidos de una sociedad que ve aumentar peligrosamente su índice de pobreza. Alrededor del 80% de estas personas, han sido encarceladas por cuestiones relacionadas directa o indirectamente con la droga, su consumo o su venta a pequeña escala. Un 40% son personas migradas.

Tras los muros de las prisiones, se tortura, se maltrata, se contagian enfermedades hasta ahora incurables, se experimenta, se llevan a cabo deshumanizados estudios del comportamiento humano; en definitiva, se aplica con total impunidad a muchas personas encarceladas, no sólo un trato brutal e inhumano, sino criminal, induciendo a suicidios o simulando muertes por sobredosis. Además, existe una prisión dentro de la prisión, que en Catalunya se denomina DERT (Departament Especial de Regimen Tancat), y en el resto del estado español FIES (Fichero de Internos de Especial Seguimiento), en los que diariamente se mantiene encerradas a las personas durante 22 ó 23 horas, en celdas de aislamiento de 2×3 metros, sin luz natural, sin apenas ventilación, deshumanizándolas hasta convertirlas en apenas nada, en seres llenos de odio incapaces de expresar emociones o sentimientos de afecto y completamente sumisos y temerosos ante el sonido de la voz del verdugo que les tortura física y psicológicamente. El criminal impulso económico del capital globalizado, no sólo pretende eliminar a las pequeñas comunidades, sino que nos amenaza con la construcción de más prisiones, reclamando más presos y presas para contrarrestar las mediáticas campañas de miedo y alarma social, que tan falsa y artificialmente han creado. Ahora están llenando las prisiones con personas inmigrantes, a las que mantienen en unas condiciones de explotación y precariedad laboral, casi de esclavitud, de la misma manera que hicieron antaño con los duros trabajos para los que no encontraban manos dispuestas a dejarse la piel y la vida.

Pero con el tiempo se construirán complejos penitenciarios industriales en los que las multinacionales nos tendrán reservados numerosos puestos productivos. En ese desolador futuro que nos tienen preparado, l@s disidentes, l@s indígenas, l@s rebeldes, l@s pobres de solemnidad, las personas que anteponen la dignidad a la mercancía; en definitiva, las personas que se resisten a ser meras consumidoras de cosas inútiles y muertas y que se niegan a vivir en un mundo sin vida ni pasión, seremos especies en vías de extinción y condenadas a la muerte lenta de la cárcel. Las mentes enfermas de estos perversos proyectos de prisionización social, son los grandes poderes financieros, las multinacionales, los políticos, los jueces, los fiscales, los policías, los psicólogos, los carceleros, los militares, los educadores, los criminólogos, los psiquiatras, los asistentes sociales y todos aquellos que con su silencio, colaboración y sumisión, abandonan la resistencia y la solidaridad activa.

DESTRUYAMOS LAS PRISIONES FíSICAS Y PSICOLóGICAS.

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